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Víctimas y sus relaciones

Autor: Doctor Héctor Alejandro Valle López
Fecha: 08 / 05 / 2023

Los programas de VOC (conferencias víctima persona ofensora por sus siglas en inglés) aprendieron del modelo conferencias de grupo familiar (FGC sus siglas en inglés) que el proceso está destinado a que todos los participantes reconozcan el daño, no solo a la víctima principal, sino también a las víctimas secundarias, como la familia y los miembros de la comunidad.

Amstutz, Lorraine S. The Little Book of Victim Offender Conferencing: Uniendo a Víctimas y Ofensores en el Diálogo (Justicia y Construcción de Paz) (p. 35). Buenos libros. Edición de Kindle.


Se ha escrito bastante acerca de la importancia que tiene para los procesos restaurativos que las personas ofensoras reconozcan los daños causados, ya sea de forma parcial o de forma total (creo que dedicare un blog a esto), sin embargo, en esta ocasión hablaremos de las personas que no son los y las actoras primarias en el daño, si no de esas involucradas por relación con víctimas y personas ofensoras.

 

Todas las personas tenemos relaciones, se ha explorado de forma suficiente que nos desarrollamos, construimos, diferenciamos y aprendemos en nuestras relaciones, amigos, amigas, parejas, familias, personas significativas en nuestras vidas, han cooperado en lo que hemos llegado a ser, en nuestra identidad. Las relaciones se van construyendo en las historias compartidas, esos momentos en que convergemos y a los que significaremos y daremos importancia; así, un amigo, amiga, amigue es una persona con quien comparto una historia de lealtad o de apoyo mutuo. Una maestra o guía (abrazos querida Cristina Parra hasta donde estés) será con quien comparto una historia de formación, ya sea con consejos o acciones; significamos historias, relaciones, las cuales se van volviendo más significativas entre más compartimos. Buscamos nuestras relaciones para encontrar, abrigo, protección, entendimiento, amor; también para ayudarnos a reconocer nuestros errores y sentirnos aceptados o aceptadas en la mayoría de nuestras historias. Acompañadas en nuestros errores, nuestras relaciones son aquellas personas dispuestas a co-construir nuevas historias con nosotras.

 

Las conferencias de grupo familiar, al incluir las relaciones de víctimas y personas ofensoras, les ofrecen la oportunidad de construir historias compartidas y les dan la necesidad de compartir la visión. Si la víctima siente un profundo dolor por el daño causado y sus relaciones descalifican el daño, minimizando, culpándola por lo sucedido, no creyéndole, le causan un daño nuevo; recordemos que, al ser relaciones significativas, sus palabras tienen sentido en ella (la víctima), incluso la pueden hacer dudar si los daños que siente son reales o exagera.

 

En alguna ocasión, me toco escuchar a la madre de una víctima decir “le gusta hacerse la víctima para llamar la atención”, en este caso pregunté, ¿y a ti como te ha afectado lo que tu hija está viviendo?, nos enlazamos en una conversación muy amplia sobre las preocupaciones sobre su hija, sus miedos, su necesidad de ser fuerte, su compresión de la fuerza para luchar en un mundo “despiadado”, como lo definió; al final, entendió los daños a su hija sin renunciar a sus ideas, pero dispuesta a acompañar y reconocer el miedo y el dolor personal. La víctima se sintió acompañada y valorada, y al llegar a la reunión conjunta, ambas compartían una visión del daño, incluso la señora comento, “por un momento pensé que mi hija exageraba, pero las lágrimas de cocodrilo no existen”. Ambas mujeres terminaron el proceso restaurativo más unidas, más centradas, con más compresión de ellas.

 

Reconocer la magnitud del daño a las víctimas principales por parte de sus relaciones significativas ayuda a comprender y compartir el dolor. Reconocer el daño como víctimas secundarias expande la consciencia y responsabilidad sobre las acciones de las personas ofensoras, compartir los daños construye relaciones más cercanas, profundas.