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Pareja y redes

Autor: Doctor Héctor Alejandro Valle López
Fecha: 08 / 05 / 2023

La tecnología es social y la sociedad es tecnológica.

 

Helen Hester


No existe un mundo virtual y un mundo real. Las generaciones actuales han entendido que ambos mundos se entrelazan y se retroalimentan, las redes sociales se suman a esa “realidad”, ya resulta absurdo intentar entender el mundo sin ellas (no estoy recetando sesiones diarias de Facebook o Tik Tok de 3 horas). Nos mostramos, modificamos, mantenemos o transformamos el mundo desde el teléfono celular, nuestras identidades, nuestras historias también se viven en las redes sociales e influyen. La idea de que “somos” fuera de lo virtual cada vez se siente más distante. Nuestras relaciones no se liberan de estos mundos de información, muchas de ellas dependen de estos lugares virtuales; ahora las parejas no se enfrentan solamente a los conflictos que lleva el unir dos identidades con sus diferencias, si no, además, intentan sobrevivir en un mundo lleno de saberes y deberes sobre la pareja (discursos dominantes) y constante exposición y evaluación en las redes sociales. 

 

La evolución hacia los mundos virtuales ha incorporado nuevos territorios a las parejas, el más importante o evidente, es el de la información, existe mucha información, toneladas, en dos sentidos principalmente:

 

  1. Información sobre las personas: las redes sociales, los perfiles, muros, fotografías, nos permiten construir una imagen a priori de la persona o personas con las que establecemos vínculos afectivos (pareja); podemos indagar en sus historias y conocer ese territorio de su vida, su identidad virtual. Muchas veces, las personas, al sentirnos atraídas hacia alguien, averiguamos lo más que podemos en sus redes como una forma de buscar una garantía de que, si nos aventuramos a la relación, podría funcionar; sin embargo, es solo una parte de lo que la persona es, no podemos pensar que la persona es solo sus redes, aunque sí podemos ver parte de ellos y ellas.
  2. Información sobre el ser pareja, formas, descripciones, historias, cursos y consejería simplificadora: es común encontrar entradas que nos prometen que, si seguimos los “7 pasos para mantener feliz a tu pareja” o los “secretos para mantener la llama encendida”, podremos aprender a ser pareja, y una gran pareja. Una cantidad de información tan abrumante, que deja de ser información constructiva, nutricia y se convierte en información destructiva, colonizadora, ser pareja no es un saber, no existen formas para llegar a ese ideal vendido desde el capitalismo.

 

¿Es posible sobrevivir a la incursión de la virtualidad en la pareja? Sí, lo ideal es no negar la importancia de la virtualidad en nuestra relación, las negociaciones de los mundos virtuales son complejas y no tienen reglas, ¿es importante cambiar el estado amoroso en Face? ¿Hacer publicaciones juntas? ¿Comentarnos? No hay una receta mágica que todo lo resuelva, aprender a llegar a acuerdos es el reto más importante.

 

Poder cubrir nuestras necesidades virtuales es importante, una parte de la relación; la otra es lo que tenemos que cuidar y vigilar fuera de la virtualidad, los valores que vivimos como personas, como pareja, podrán ser una guía para llegar a dichos acuerdos. Los valores podemos vivirlos dentro y fuera de las redes, si es importante para ambas, si solo es importante para una persona, eso es otro blog.