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La promesa de la justicia restaurativa radica en la inclusión de víctimas, delincuentes y miembros de la comunidad que han sido tocados por el crimen.
Van Ness, Daniel W.; Fuerte, Karen Heetderks. Restaurando la Justicia. Taylor y Francisco. Edición de Kindle.
Cuando era niño me costaba mucho trabajo entender las promesas, ¿eran un dicho?, ¿un acuerdo?, ¿un engaño? Crecí depositando todas mis esperanzas en lo que las personas prometen, esperando que esas palabras fueran tan importantes para las personas como para mí, me decepcione muchas veces, dolió y lloré; también encontré voces certeras, que no prometían y muchas otras personas que cumplieron el trato, el dicho, las palabras.
No solo las personas prometen, muchas veces, cuando leemos ciertas teorías, encontramos respuestas o nuevos caminos y se convierten en promesas que dan sentido o guían nuestro trabajo. La Justicia Restaurativa promete y la promesa es muy grande. “Restaurar (reparar) con justicia” o “llegar a la justicia por la reparación” son dos caminos parecidos pero diferentes y tienen que ver con el lugar desde donde miremos, los lentes que usemos, parafraseando a Howard Zehr, no creo que ninguno de los caminos sea excluyente, es más, creo que son complementarios.
Cuando hablamos de reparar con justicia, el daño, los daños causados por el delito, por la violencia, son muy diversos; podemos encontrar daños físicos, psíquicos, relacionales, materiales, etc. todos estos daños afectan en una medida u otra a las personas, estos van modelando las historias que definen a las personas; si las historias con las que nos definimos esta llenas de dolor, problemas y daños, así también estarán las conclusiones sobre nosotras mismas. Michael White (2007) utiliza el territorio, como metáfora para entender la identidad, el territorio es donde nos movemos, lo que conocemos, lo familiar, entre más territorios exploramos, más amplia es la experiencia y más historias tenemos para definirnos. La violencia recorta este territorio, construye fronteras muy altas y muy difíciles de sortear, nos encierra en nosotras mismas, existe una pérdida de la libertad, de exploración del territorio, así, sentimos que es injusto, ver la justicia nos permite regresar al mundo de posibilidades, a la libertad de poder movernos, explorar, conocer y reconocernos.
“La justicia nos repara” cuando somos vulnerables por el delito, nos ofrece seguridad, un camino para la confianza, construye relaciones más profundas, más cercanas, llenas de creatividad. La vulnerabilidad es el profundo miedo a desconectarnos (Brown, 2012), la Justicia Restaurativa, construye o evoluciona o transforma la manera de relacionarnos entre pares, con el poder, entre comunidades.
“La justicia nos repara” cuando nos sentimos rotos o rotas por dentro, cuando, a pesar de todo lo que intentamos, no fue suficiente para evitar sufrir daños. El daño nos hace sentir que no somos personas fuertes o que no importa todo lo que hayamos crecido y superado, la justicia nos regresa el sentido. El dolor importa, pero la justicia hace que ese dolor tenga un sentido, nos ayuda a definirnos desde la justicia y no desde el daño como personas, como comunidades, como historias.
“La justicia nos repara” cuando no hay más daños, cuando sentimos que se detiene la escalada de violencia o venganza.
“La justicia nos repara” cuando nos ayuda a acomodar nuestras emociones, permitiéndonos sentir dolor, enojo, impotencia, alegría, reconociéndolas como respuestas, como parte del proceso de construir la reparación.
“La justicia nos repara” cuando se convierte en un espacio para conversar, para construir diálogos y posibilidades, para nosotros, nosotras, nosotres,
White, M. (2007), Mapas de la práctica narrativa. Ediciones Pranas.
Brown, B. (2012). Los dones de la imperfección. Guía para vivir con todo corazón. Gaia Ediciones.