Cargando...
Los elementos críticos de la inclusión son la invitación, el reconocimiento y la aceptación de los intereses de las personas invitadas, y la voluntad de adoptar enfoques alternativos que se ajusten a las personas y su situación.
Van Ness, Daniel W.; Strong, Karen Heetderks. Restaurando la Justicia (p. 66). Taylor y Francisco. Edición de Kindle.
Hablar de inclusión es difícil, el termino se ha usado mucho y en muchos campos con cierta comprensión. Como todas las palabras de mucho uso, poco a poco van manteniendo, negociando y transformando sus significados. Desde su uso y abuso, las palabras se van complejizando, llenando de los contextos donde se van usando, así que incluir o explorar los diversos significados de la inclusión puede ayudarnos a entender a qué nos referimos con ella en Justicia Restaurativa (JR).
Incluir, según la RAE es “Poner algo dentro de otra cosa o dentro de sus límites”, esta definición se queda corta en los aspectos sociales en los que vamos caminando en la JR. Empecemos comprendiendo la exclusión; a nivel social, se excluye a las personas desde “la normalidad”, los discursos dominantes recortan a las personas considerando a un grupo normal y dejando fuera a varias personas que no encajan en esas definiciones. Así, dividimos tres grupos, el primero, quienes cumplen los discursos y son considerados normales, generalmente mantienen el poder, perpetuando las diferencias; el segundo, quienes no cumplen los discursos en su totalidad y no quedan ni dentro ni fuera de la normalidad; y tercero, quienes no cumplen dichos discursos y son excluidos y excluidas. Observando con cuidado, podemos ver que son muy pocas las personas que cumplen en su totalidad con las exigencias de la normalidad, la mayoría quedamos excluidas, sin embargo, deseamos ser parte de la normalidad para sentirnos en pertenencia, buscamos adaptarnos o aprender la forma de ser de aquellos y aquellas que sí cumplen dichas exigencias, buscamos alcanzar a la “normalidad”.
Desde el capitalismo, la idea del consumo o la integración de productos o información nos acerca a ser aceptados en esa normalidad, aunque nunca lleguemos a ella. Muchas veces pensamos en la inclusión desde los rubros del poder, abriendo las posibilidades que aquellos y aquellas que no son normales puedan convivir con los y las normales. La inclusión desde el poder hace daño porque sigue fijando las diferencias y los grupos, sigue segregando personas, solo les permite sentirse más cercanas al ideal sin serlo.
La inclusión es resistencia a los discursos que definen la normalidad, es decir, a la inclusión desde el poder, a la discriminación; la inclusión intenta cambiar las ideas sobre las diferencias, todas las personas valen y son legítimas sus formas de ver, pensar y sentir. La inclusión rechaza el poder desde la verticalidad y establece mejores relaciones desde lo horizontal.
Hablar de esta inclusión en el mundo de la JR es cuidar que las personas participantes encuentren un lugar donde sus pensamientos, emociones e ideas tengan contextos para ser expresadas y comprendidas, donde el acompañamiento de la persona facilitadora no sea para controlar, guiar o aconsejar, si no desde esa horizontalidad, permitir a las personas ofensoras y víctimas encontrar sus caminos a la reparación del daño y la reparación de sus propias identidades. Regresando al libro de Van Ness, la invitación a todos, todas las involucradas a compartirse en libertad, al reconocimiento de las personas, de sus acciones, de sus emociones e ideas; no solo de las conductas inapropiadas o que casaron daño, si no de aquellas que nos permiten acercarnos a la reparación y aceptación, de lo diferente a mí que no quiere decir o significa que me pone en peligro de lo otro que me ayuda a definirme; ese Otro, Otra, que se integra en las conversaciones, ya no como lo radicalmente diferente, si no como lo diferente que complementa.